Con verdadero estupor, vengo observando en las últimas fechas cómo desde distintas posiciones políticas y en base a las reformas que está ejecutando el Estado siguiendo las instrucciones del Gobierno alemán (léase entidades bancarias germanas y flamencas en definitiva), se está efectuando un giro propagandístico a favor de un neocentralismo que en poco vendrá a beneficiar al castellanismo.
Se pasa a considerar que la existencia de Municipios, Diputaciones, CC.AA y Estado son demasiadas administraciones públicas y, por lo tanto, un coste en recursos y personas. Se propugna la eliminación de municipios con menos de “x” habitantes y se rebate sobre el exceso de CC.AA. existentes.
Sobre esto, unas pequeñas reflexiones:
MUNICIPIOS Y DIPUTACIONES
Las medidas principales son:
• Reducción de número de concejales por municipio.
• Reducción del número de municipios.
• Defensa de las Diputaciones.
Las tres medidas son contrarias al espíritu y costumbres del Castellanismo y de Castilla. Nuestra tierra es rica en estamentos de participación directa, como comunidades de villa y tierra o concejos abiertos. Quizá la última representación de estas entidades es el municipalismo ya que plasma la relación más directa representante-representado.
Respecto a la defensa de las diputaciones y provincias, sabemos que hacen especial daño a nuestra tierra; tierra que creció y se desarrolló en base a las comarcas, entidad que desde mi perspectiva ha de sobrepasar y preponderar sobre la Diputación. De esta forma, eliminaríamos la dependencia del medio rural respecto a las capitales de provincia, diversificando las potencialidades de más municipios y consiguiendo repartos más equilibrados en base a estas demarcaciones territoriales.
COMUNIDADES AUTÓNOMAS
Qué decir. Estamos sufriendo el ansia centralista del Partido Popular y en ansia restoespaña de los nacionalismos conservadores periféricos (según, CIU debería respetarse solamente la descentralización de Cataluña, País Vasco y Galicia…).
No voy a entrar aquí en el ya conocido asunto de la Castilla dividida, que todos compartimos, con independencia de desconocer qué estructura interna ejecutaríamos. Lo que sí me enloquece es la demonización de los entes descentralizados. Las CC.AA. ejecutan el Estado social, es decir, son las responsables de acercar al ciudadano tanto la educación como la sanidad pública (entre otros muchos menesteres). Sin embargo, la estructura fiscal no permite tal y como está concebida una suficiencia económica para poder asumir los proyectos de los entes descentralizados. Es decir, y en resumen, no se está siendo justo con su relación capacidad de ingresar versus obligación de gastar.
ESTADO
El Estado, sin embargo, tiene la capacidad definitoria de la estructura macroeconómica de todo el territorio. Regula cómo se ingresa y el reparto a CC.AA. y Municipios. Sin embargo, las obligaciones de gasto social no existe. Se limita, y a modo de resumen malicioso, a mantener al Ejército (no olvidemos que además, del Ministerio de Defensa, el presupuesto de I+D+i se reconduce a gastos militares) y subvencionar áreas económicas de dudoso provecho.
Quizá lo que tengamos que hacer es plantearnos la reducción del Estado, dada su incapacidad…
Por todo ello, debemos valorar si realmente estamos haciendo una crítica correcta del modelo administrativo del Estado y si nuestras fuerzas están siendo correctamente encauzadas a centrarnos en el origen del problema, como es, la total subordinación a los intereses bancarios alemanes. Éstos, a través del Gobierno del Partido Popular recortarán en todo con la sola intención de abonar los intereses a aquellos bancos, deuda que todos estamos pagando pero que ninguno de nosotros ha contraído. Curioso.
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